La enfermedad conocida por el nombre de síndrome de Sjögren, adscrita en el cuadro de ERyMEs y en el de enfermedades autoinmunes, es una de las que provoca más problemas relacionados con la salud bucodental. Los pacientes que conviven con esta dolencia pasan bastante tiempo en la consulta del dentista.
El 9 de febrero se conmemora el Día mundial del odontólogo y, dado que, en la Liga Reumatológica Española – LIRE nos dedicamos, entre muchas otras cosas, a ofrecer información sobre todo lo relacionado con la Reumatología, hoy nos ha parecido interesante contar la historia de 2 personajes que nunca se conocieron pero que, con el tiempo, la historia ha unido, en cierta manera. El Doctor, Henrik Sjögren y Santa Apolonia de Alejandría.
El síndrome de Sjögren es una enfermedad inflamatoria autoinmune de origen desconocido. Se dice que esta dolencia concentra diversos factores de tipo genético, inmunológico, vírico y hormonal en su aparición en el cuerpo humano.
El síndrome de Sjögren produce una destrucción de las glándulas exocrinas (las que producen sustancias como sudor, lágrimas o saliva). Esto, en el caso de la boca, provoca una disminución del flujo de saliva. Esta falta de lubricación bucal causa diversas patologías orales. Lo que se ha denominado xerotomía.
Según la revista médica Ocronos, el S.Sjögren provoca dificultad en la fonación, masticación y deglución. Esto provoca una disminución importante en la calidad de vida de los pacientes. A consecuencia de la xerostomía, los pacientes refieren disgeusia con sensación de “sabor metálico”, lo cual provoca que se prefiera una alimentación rica en azúcares y agua. La mucosa oral se presenta seca, pegajosa, pálida y sin brillo. La lengua se encuentra depapilada, con fisuras, y tras años de evolución, se vuelve lisa y lobulada. Existe una predisposición a las infecciones orales, particularmente las candidiasis. La disminución del flujo salival y, por lo tanto, de las propiedades antifúngicas de la saliva, provoca un sobrecrecimiento de especies Cándida, principalmente en la lengua, el paladar y las comisuras labiales. Las consecuencias son problemas frecuentes de caries, halitosis o incluso enfermedad periodontal.

Henrik Sjogren – Wikipedia
Pero no fue un dentista sino un oftalmólogo sueco quien dió nombre a esta temida enfermedad crónica e incurable. Dice la Historia que, en 1933, el Doctor Henrik Sjögren publicó un estudio sobre «El conocimiento de la queratoconjuntivitis sicca». Este trabajo describe los síntomas de 19 pacientes de los cuales, 13 (la mayoría), también presentaban artritis. El estudio de Sjögren no tuvo gran repercusión en el mundo médico hasta que un australiano, el oftalmólogo, Bruce Hamilton, lo tradujo al inglés. Esto facilitó la difusión de las conclusiones de Sjögren sobre la posibilidad de que los síntomas comunes respondían a una enfermedad de tipo sistémico. En 1959, a la edad de 77 años, fue nombrado miembro honorario de la Sociedad Reumatológica Sueca y asistió al Primer Simposio Internacional sobre el Síndrome de Sjögren. En septiembre de 1986, Henrik Sjögren murió a la edad de 87 años después de varios años de incapacidad a causa de un derrame cerebral.
Santa Apolonia de Alejandría y los dientes
El oftalmólogo sueco, Sjörgren describió la enfermedad que, además de afectar a las glándulas lacrimales, causa grandes problemas de salud en la boca. Cuando publicó sus trabajos, el médico sueco posiblemente no había oído hablar de una mujer que nació en Alejandría en el año 200 de nuestra Era. Se llamaba Apolonia y era hija de un alto funcionario de la ciudad. Era una mujer muy culta. Recibió una excelente educación e incluso tenía acceso a la famosa biblioteca de Alejandría que según la historia, contenía gran parte del conocimiento más avanzado de la época. La vida de Apolonia transcurrió en el Egipto conquistado por el Imperio Romano. Un tiempo en el que el cristianismo era perseguido bajo condena de muerte. Apolonia decidió seguir los pasos de su madre y se convirtió al cristianismo. Eso le valió la muerte. Según cuenta la Revista del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de España, citando las cartas de San Dionisio, durante las revueltas entre paganos y cristianos del siglo III en Alejandría, la apresaron, les arrancaron todos los dientes de forma muy violenta y la quemaron viva.
«también prendieron entonces a la admirable virgen anciana ya, Apolonia, a la que, rompiéndole a golpes todos los dientes, le destrozaron las mejillas. Encendiendo, en fin, una hoguera a la entrada de la ciudad, la amenazaban abrasarla viva si no repetía a coro con ellos las impías blasfemias lanzadas a gritos de pregón. Ella, habiendo rogado
le dieran un breve espacio de tiempo, apenas se vio suelta, saltó precipitadamente sobre el fuego y quedó totalmente abrasada».
Aunque el martirio y muerte de Apolonia se produjo en el tercer siglo de nuestra Era, su veneración como «protectora de la salud bucodental» empezó hacia el siglo XIII. Con el tiempo, acabó convirtiéndose en la patrona de los dentistas. Por suerte para nosotros, los avances en investigación científica y tecnológica han dejado muy atrás la violencia con la que se asociaba a los tratamientos odontológicos, aunque aún conserven a una mártir salvajemente torturada como patrona.
¿Tienen relación Santa Apolonia y el Doctor Enrik Sjörgen? Pues seguramente, la misma que tiene el hecho de que el río Pisuerga pasa por Valladolid (como decía aquel).
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