El retorno a las aulas ya está a la vuelta de la esquina. Es un momento de agitación para los alumnos pero lo es más para aquellos que conviven con alguna de las enfermedades reumáticas. En este artículo, dedicado especialmente a los maestros, hablamos de ello y ofrecemos datos quizás poco conocidos que vale la pena tener en cuenta

 

Según el Hospital Sant Joan de Déu, se calcula que en España hay entre 8.000 y 10.000 niños que padecen una enfermedad reumática y/o musculoesquelética (ERyMEs). La artritis, la artrosis, el lupus, la acrodermatitis, la esclerodermia, la fibromialgia o la osteoporosis son algunas de ellas y, en muchos casos, pueden aparecer a edades muy tempranas. Quizás, la enfermedad reumática más generalizada entre la población menor de 18 años, es la Artritis idiopática Juvenil (AIJ) que afecta a 1 de cada mil niños o jóvenes.

La Sociedad Española de Reumatología destaca que en «los pacientes jóvenes, las enfermedades reumáticas afectan sobre todo al tejido conjuntivo, principal componente del aparato locomotor (articulaciones, músculos y tendones) y que también forma parte de otros órganos como la piel, ojos, vasos sanguíneos, etc.». Este tipo de enfermedades supone sufrir dolor, inflamación, rigidez y en algunos casos, fiebre, lesiones oculares o dermatológicas.

Estamos acostumbrados a la gente mayor mostrando estos síntomas y no lo estamos tanto, cuando se trata de personitas de corta edad. Pero los efectos de las enfermedades reumatológicas son iguales para toda persona que las padezca. En este sentido, la Liga Reumatolóxica Galega ha elaborado un documento específico, con el título «Aprendemos todos», para escuelas y centros educativos. En él, se ofrecen consejos valiosos para los maestros que tienen en las aulas niños con estas patologías.

Consejos para que un niño con ERyMEs se sienta cómodo en las aulas

 

Los expertos recomiendan que se restrinjan las actividades manipulativas que requieran de material ortoprotésico y con tiempos de espera. En cuanto a la ubicación en el aula, es preferible que esté situado hacia la mitad para que las distancias que recorre sean menores, especialmente en períodos de brotes de la enfermedad. Es importante adaptar las actividades lúdicas y deportivas así como prestar atención a los esfuerzos que pueda hacer. Así mismo, hay que adaptar los espacios comunes de la escuelas para evitar, en la medida que sea posible, escaleras y patios con suelos resbaladizos.

 

En cuanto a las actividades en el aula, resumimos en la imagen adjunta, algunas de las principales normas a tener en cuenta.

Un brote puede ser muy frustrante para un niño

 

Las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas suelen tener períodos de efectos más agudos de los síntomas. Son los conocidos brotes que, en el caso de los enfermos en edad escolar, tienen repercusiones cognitivas y emocionales que los maestros deben tener en cuenta. Según el documento «Aprendemos Todos», en estos días, la capacidad de atención y concentración disminuye considerablemente por lo que, el maestro debería apoyar o reforzar los contenidos para los niños afectados. Además, estos pequeños pacientes pueden ver alterado su estado anímico con irritabilidad, depresión, llanto y/o retraimiento. Por ejemplo, si un alumno con ERyMEs ve que no puede llevar a cabo una actividad, puede sentirse frustrado y aislarse o buscar un mecanismo de escape. En estos casos, se recomienda tener un «plan B», una actividad alternativa divertida y motivadora.

Los reumatólogos pediátricos también ofrecen otros consejos a tener en cuenta, en este caso, para los padres:

  • Comentar al tutor y al profesor de educación física la enfermedad del niño para que se facilite la adaptación al ritmo de trabajo escolar o incluso plantear la necesidad de reducir o eliminar temporalmente la actividad física, según evolucione el estado del alumno, aunque es importante el ejercicio físico para reforzar y desarrollar la musculatura.
  • Seguir una dieta sana y equilibrada como, por ejemplo, la más conocida, la mediterránea.
  • Contactar con una asociación de pacientes o un grupo de apoyo para padres/pacientes ayuda a afrontar las emociones de todos los miembros de la família. Las asociaciones de pacientes disponen de un buen conocimiento de la enfermedad y sus tratamientos y además, brindan apoyo mutuo. En el caso de los niños, en las asociaciones se comparten actividades de juego y experiencias. Esto les facilita comprender que muchas limitaciones son superables.

Os deseamos una feliz vuelta al cole y esperamos que este artículo os sea de utilidad. Si es el caso, no dudéis en compartirlo en vuestras redes sociales.