El farmacéutico y naturalista francés, Antoine L. Apollinarie Féey afirmó: «hay dolores que matan, pero los hay más crueles, los que nos dejan la vida sin permitirnos jamás gozar de ellas». Esta es la realidad que viven, día a día gran parte de las personas que conviven con enfermedades reumáticas. En este artículo explicamos el coste del dolor para los pacientes y para la sociedad

 

De las muchas definiciones que existen para el dolor, hemos escogido la de Medline Plus (Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos), que dice: «el dolor es una señal del sistema nervioso de que algo no anda bien. Es una sensación desagradable, como un pinchazo, hormigueo, picadura, ardor o molestia. Puede ser agudo o sordo, intermitente o constante y su intensidad varía de leve a insoportable».

Casi todas las enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas (ERyMEs) van acompañadas de dolor. En la inmensa mayoría de casos, estas dolencias son crónicas por lo que la persona que convive con ellas se ve obligada a vivir siempre con algún grado de dolor. Alguien puede pensar que con analgésicos el problema se resuelve, pero esto está muy lejos de la realidad.

El dolor crónico tiene un coste total de 16.000 millones de euros

Según los datos a los que ha tenido acceso la Liga Reumatológica Española (LIRE), el dolor es la 2ª causa de consulta en los Centros de Atención Primaria y más de la mitad de los casos están relacionados con el dolor crónico. Además, se estima que un 17% de españoles sufre de dolor crónico, especialmente las mujeres (50’4%) y personas de edad avanzada.

Otro dato interesante, es que entre el 50% y el 64% de las personas con dolor crónico afirman sufrir limitaciones en su vida diaria. Y es que, los estudios llevados a cabo entre pacientes muestran que esta situación provoca:

  • Cuadro depresivo asociado (47% de los casos)
  • La mitad de los pacientes también sufren trastornos del sueño
  • Un 36% considera que tiene un impacto negativo en su familia o relaciones de amistad
  • El 27% de pacientes con dolor crónico dicen sentirse aislados socialmente a causa del dolor

La ERyMEs suponen un impacto socioeconómico muy elevado. De hecho, se calcula que, entre gastos directos e indirectos, el coste del dolor crónico en España llega a los 16.000 millones de euros. La mayoría de costes indirectos del dolor crónico provocado por estas enfermedades están relacionados con el entorno laboral tal y como muestra la siguiente imagen.

 

El perfil psicológico y ocupacional de un paciente con dolor crónico es el de alguien que presenta disfunción ocupacional, es decir que le cuesta mucho encontrar trabajo y mantenerlo; centra casi todo su tiempo en actividades no productivas, es decir cualquier cosa que no requiera ningún esfuerzo ni físico ni mental.

Las personas que sufren de dolor crónico no se sienten respaldados por el sistema social y sanitario. También presentan trastornos asociados al dolor, como depresión, ansiedad, estrés y falta de atención.

En conclusión, el dolor crónico es causa de sufrimiento, incapacidad y pérdida de productividad en el caso de la población en edad laboral. Además, constituye uno de los problemas de salud más relevante. Un problema que experimentan los pacientes, sus familias, su entorno laboral y la comunidad en general.