Según diversos estudios científicos, en España sólo el 50% de los pacientes de enfermedades crónicas son adherentes al tratamiento. Es decir, siguen de manera constante e indefinida las recomendaciones y medicaciones pautadas para sus dolencias. Abandonar el tratamiento o tomar los medicamentos prescritos de manera irregular puede comprometer la efectividad de la terapia. De hecho, se habla de esta situación como un auténtico problema de salud pública. En el caso de las enfermedades reumáticas, la adherencia se mueve en una horquilla de entre el 30% y el 90%. Depende de múltiples factores que repasamos en este artículo

 

La Organización Mundial de la Salud definió en 2003 la «adherencia» como «el grado en el que la conducta de un paciente, en relación con la toma de medicación, el seguimiento de una dieta o la modificación de hábitos de vida, se corresponde con las recomendaciones acordadas con el profesional sanitario». Dicen los expertos en reumatología que la no adherencia al tratamiento puede comprometer la eficacia de la terapia prescrita. Esto produce nuevos brotes de la enfermedad, por lo tanto, más visitas médicas o a urgencias y un aumento del gasto general en salud pública e incluso de la mortalidad.

Un estudio reciente publicado en la revista Inmunotherapy, revisa 41 estudios que evalúan la adherencia a los productos biológicos subcutáneos en adultos con enfermedades reumáticas inflamatorias o enfermedad inflamatoria intestinal. Las conclusiones hablan de una horquilla de entre el 28,8% al 89,4%. El doctor Juan Carlos Nieto, especialista del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, uno de los firmantes del estudio y citado en un artículo sobre el tema en la revista digital ConSalud.es, afirma que «sí que se pueden establecer varios factores que influyen positivamente en la adherencia a los fármacos biológicos subcutáneos, entre los que destacan las creencias de los pacientes o la sensación de necesidad del tratamiento, así como la falta de preocupación excesiva por los posibles efectos adversos». Entre otros factores relacionados con la adherencia, el estudio citado destaca  que la adherencia aumenta entre la población de más edad, también contar con apoyo profesional o familiar y la administración mensual, frente a la semanal.

Pero ¿a qué se debe la baja adherencia?

Si está claro que seguir las pautas marcadas por el médico es lo mejor para el paciente de enfermedades reumáticas, ¿por qué hay tanto «absentismo»? En este caso la respuesta es bastante unánime: una clara falta de comunicación entre médico y paciente. En la Primera Jornada de Concienciación en Adherencia Terapéutica organizada por el Área Sanitaria de Santiago de Compostela e Barbanza, los expertos participantes (reumatólogos, personal de enfermería, representantes de asociaciones de pacientes, etc.) comentaron, entre otras cuestiones, que «a menudo, el facultativo receta según lo que considera oportuno para la enfermedad pero no tiene en cuenta el punto de vista del paciente». Cada vez hay más voces que insisten en que «el éxito de la adherencia al tratamiento pasa por un acuerdo en la consulta, es decir, por la toma de decisión compartida entre médico y paciente».

la doctora Loreto Carmona, directora científica del Instituto de Salud Musculoesquelética (InMusc) de Madrid y asesora de la Liga Reumatológica Española – LIRE, también participó en el estudio anteriormente citado, de la revista Inmunotherapy. Según la Doctora Carmona «cuando se toma una decisión terapéutica, si no se cuenta con el paciente y no se le pregunta por sus preferencias y miedos, corremos el riesgo de que no siga la prescripción, de que no sea adherente», asegura. «De hecho, si el paciente no ha dado su consentimiento a un tratamiento no se puede decir que no sea adherente, porque ese paciente ni tomó ni aceptó de entrada esa decisión. Y en esa decisión el paciente debe estar informado de las opciones para poder decidir, no es simplemente elegir entre A o B, sino entre A y B en función de su eficacia, seguridad, y modo y frecuencia de administración». 

Otra investigación interesante sobre la adherencia a tratamientos para enfermedades reumáticas es el estudio del Doctor, Francisco Vargas Negrín del Grupo de Enfermedades Reumáticas de la SEMFYC – Centro de Salud Dr. Guigou – Tenerife. Este informe analiza el grado de cumplimiento terapéutico  en mujeres pacientes de osteoporosis. El estudio concluye que «los profesionales sanitarios debemos ser conscientes del nuevo paradigma en relación con el manejo de las enfermedades crónicas, entre ellas la osteoporosis, que es considerar el papel central y relevante que tiene el paciente y su entorno (familia, comunidad) como copartícipe y responsable del manejo de su enfermedad. El paciente activo, informado y participativo en la toma de decisiones terapéuticas es un buen aliado para lograr un grado de adherencia óptimo para conseguir los resultados en salud deseados».

Los laboratorios farmacéuticos investigan para sintetizar medicamentos que sean más sencillos de administrar y con menos efectos secundarios, las Asociaciones de Pacientes ofrecen mucha información para que las personas que se ven obligadas a convivir con enfermedades reumáticas dispongan de toda la información necesaria. Pero existe otro déficit: un sistema unificado para medir la adherencia al tratamiento.

En conclusión, visto lo visto y leído lo leído, mejorar la adherencia al tratamiento es una asignatura pendiente que podremos aprobar cuando nos pongamos de acuerdo en los parámetros a tener en cuenta para cuantificarla; cuando el paciente esté bien informado y pueda conversar con el reumatólogo sin tener que acatar la prescripción dictada de manera unilateral sino que se trate de un acuerdo entre ambas partes.